Si estás embarazada, puede que en algún momento te hayas sentido ansiosa, especialmente si es tu primer bebé. Es una emoción bastante común que puede afectar a la salud mental y física de la madre así como en el desarrollo del bebé pero que, afortunadamente, podemos tratar.
La incertidumbre y el miedo a lo desconocido son sentimientos comunes durante el embarazo. Puede que te sientas preocupada por el parto, la salud del bebé o tu nuevo rol como madre. La idea de traer una criatura al mundo y convertirte en madre puede ser abrumadora y desafiante, especialmente si es la primera vez que vives esta experiencia.
Además, nuestra sociedad tiende a idealizar la figura de la madre, lo que puede generar presión y estrés en las mujeres embarazadas. La imagen de la madre perfecta puede crear expectativas irreales en las mujeres, dando lugar a sentimientos de insuficiencia y un alto nivel de autoexigencia. Unido a ello, a menudo se desestima la importancia de la salud mental materna, centrándose más en la salud física del bebé. Esto conlleva a que las mujeres se sientan avergonzadas o inseguras por compartir sus miedos o preocupaciones, lo que puede aumentar la ansiedad y el estrés.
Durante el embarazo también se dan ciertos cambios hormonales, la producción de hormonas como la progesterona y el estrógeno aumenta durante el embarazo, lo que puede afectar en tu estado de ánimo. Los cambios corporales, como el aumento de peso, la hinchazón y la fatiga, pueden contribuir a un aumento de la ansiedad. Sin embargo, estos cambios son normales y es común que sientas cierto grado ansiedad en respuesta a ellos.
Otros factores de riesgo que pueden influir en la ansiedad son antecedentes de ansiedad o depresión, eventos estresantes recientes en la vida y factores psicológicos y de personalidad que pueden aumentar el riesgo de ansiedad. Por ejemplo, si una mujer ha experimentado ansiedad o depresión en el pasado, es más probable que experimente ansiedad durante el embarazo. De manera similar, si ha habido eventos estresantes importantes en la vida de una mujer, como la pérdida de un ser querido o problemas en su relación de pareja, esto puede aumentar el riesgo de padecer ansiedad. Factores psicológicos y de personalidad que también pueden aumentar el riesgo de ansiedad durante el embarazo incluyen tener una baja autoestima, una actitud negativa hacia la vida, una falta de habilidades para manejar el estrés y la ansiedad, y tener altas expectativas de sí misma en el papel de la maternidad. Si bien estos factores no garantizan que una mujer experimente ansiedad durante el embarazo, pueden aumentar la probabilidad, por lo que es importante identificar estos factores de riesgo para poder abordarlos y prevenir la ansiedad durante el embarazo y posparto.
Es importante entender que cada mujer es diferente y que no hay una sola forma correcta de ser madre. Es crucial abordar estas expectativas para permitir que te sientas libre para compartir tus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgada. Al hacerlo, aumentará tu sensación de valía y te permitirá tener una experiencia de maternidad más positiva.
Ni nosotras, ni nadie, puede llegar a todo, y está bien así. Aceptarlo no es una derrota, si no un acto de humildad y de respeto hacia nosotras mismas en el que podemos apreciar todo aquello que sí realizamos.
Lo que no debes normalizar es sentirte ansiosa todos los días de manera sostenida en el tiempo, ya que en ese caso sería recomendable buscar ayuda profesional. Sobre todo si esa sensación de ansiedad va acompañada de síntomas como palpitaciones, respiración acelerada, una sensación de peligro o miedo a morirse.
No tienes por qué vivir tu embarazo con sufrimiento. Las psicólogas perinatales también tratamos la ansiedad en el embarazo y te puedo acompañar en esto. No estás sola.