¿Qué es una psicóloga perinatal?

¿Qué es una psicóloga perinatal?

La psicología perinatal es la rama especializada de la psicología que está orientada hacia la prevención, el cuidado, el apoyo, el diagnóstico y la intervención en la salud mental de la mujer durante la etapa perinatal. Esta etapa abarca la concepción, embarazo, parto, posparto, crianza y duelo.

Por lo tanto, una psicóloga perinatal puede ayudarte acompañándote psicológica y emocionalmente en todas estas situaciones:

  • Búsqueda de embarazo: en ocasiones, llegar a cumplir el deseo de ser madre es más complicado que lo que pensábamos. Pueden surgir dudas de si realmente es lo que queremos o no, inquietudes respecto a qué puede implicar llevar a cabo buscar un embarazo o incluso sentir presión por el momento vital en el que nos encontramos.
  • Procesos de reproducción asistida: Es un cambino generalmente arduo y con muchas bajadas y subidas emocionales por ello es importante saber que durante este proceso también nos puede acompañar alguien especializada en ello.
  • Infertilidad: supone asumir un duelo para el que quizás no estamos preparadas. El camino de aceptación viene acompañado de frustración, tristeza, ira e injusticia. A veces junto con la sensación de incomprensión e invalidación por parte del propio entorno familiar y de amistad. Aquí también entraría la infertilidad secundaria, aquella que se define como la incapacidad de tener un segundo embarazo cuando ya se ha logrado uno previo.
  • Duelo gestacional, perinatal y neonatal: un duelo aún poco visibilizado y comprendido que frecuentemente necesita ser acompañado por el impacto emocional y psicológico que supone. 
  • Embarazo: este periodo tan sensible en la vida de una mujer es donde en ocasiones resurgen patologías como la depresión o la ansiedad. Prevenir un mayor malestar es uno de los principales objetivos durante esta etapa. Además, es un momento muy bonito para conectar con la niña que una vez fuimos y donde conectamos a veces con cómo fue nuestra madre con nosotras.
  • Parto: a veces surgen miedos respecto al parto, dudas de si sabremos parir o revivir un parto traumático del pasado.
  • Posparto: supone una trasformación bastante removedora a nivel interno acompañada en muchas ocasiones por una sensación de soledad, no reconocerse a una misma, dudar sobre las capacidades de maternar al mismo tiempo que nos recuperamos de un parto y aprendemos a cuidar de un recién nacido. 
  • Crianza: florecen dudas sobre cómo debemos educar y criar a nuestros bebés y la necesidad de tener a otras mujeres con quien poder compartir la experiencia. Uno de los malestares que acompaña a esta etapa es cómo afecta la opinión de los demás y se busca aprender a establecer límites que nos cuidan y protegen.
  • Lactancia: tanto si has decidido amamantar como si prefieres dar el biberón, pueden aparecer complicaciones que repercuten de manera negativa en nuestra salud mental y emocional. 
  • Relación de pareja: además del cambio individual que sucede en la mujer después de parir, también surgen conflictos con la pareja. Cambios en el rol de cada uno, problemas con los suegros, dificultades en las relaciones sexuales respecto al deseo o el placer y también, decepciones con lo que se esperaba o deseaba de la pareja.

Es importante aclarar que todo lo que sucede durante el periodo perinatal no está reñido con tratar temas del pasado como la infancia, adolescencia, relaciones familiares o de pareja. Puede ocurrir que es en esta etapa perinatal, por su gran intensidad y relevancia vital, donde surgen conflictos anteriores o problemas no resueltos previos, pueden ser acompañados por una psicóloga perinatal.

Buscar una especialista que se haya formado, tenga experiencia y comprenda por lo que estamos transitando, es de vital importancia a la hora de buscar una psicóloga para que nos acompañe en terapia.

Un abrazo.

¿Qué es matrescencia?

¿Qué es matrescencia?

¿Qué es matrescencia?

El embarazo es uno de los procesos biológicos más fascinantes que podemos llegar a vivir las mujeres. Además del cambio físico obvio que se da a medida que el cuerpo se va transformando, es en el cerebro donde también vivimos una completa metamorfosis. ¿Alguna vez has tenido la sensación de sentirte rara o diferente durante tu embarazo, incluso llegando a no reconocerte en ciertos aspectos o manera de sentir o pensar? Déjame decirte que todo eso que se te pasa por la cabeza tiene una explicación: matrescencia.

La palabra, que tan bien escogida fue por Dana Raphael allá por los años 70, mezcla los conceptos de maternidad y adolescencia. Los dos momentos vitales, tienen en común el ser dos periodos que suponen un gran cambio a nivel físico y psicológico. La transición a la maternidad o cómo el cerebro de las madres cambia para siempre es explicado por la matrescencia. Gracias a Dana, se pudo poner nombre a lo que las mujeres embarazadas vivían y con ello, ponerlo en valor y comenzar a investigarlo. 

Fue gracias a otra mujer, Aurelie Athan, que el término fue ampliado, resucitado y puesto de moda, añadiendo a la definición de la matrescencia como una experiencia de desorientación y reorientación. Sensación que muchas mujeres durante el posparto tienen, al tener la impresión de estar perdidas o no encontrarse. Poder nombrar lo que nos sucede a las embarazadas y a las puérperas es de suma importancia para reconocer que se trata de un proceso evolutivo normal y universal que tranquiliza y calma al poder entender qué nos está sucediendo.

La matrescencia, por lo tanto, es un proceso de transformación cerebral que facilita a las mujeres embarazadas hacer la transición hacia la maternidad. Este cambio que sucede desde que nos quedamos embarazadas, puede darse incluso seis años después del parto.

A veces pensamos que lo que necesitamos durante el embarazo es aprender todo sobre la maternidad y la crianza. Leemos libros, manuales, buscamos incesantemente en Google algún lugar donde nos puedan explicar qué es lo que podemos esperar o incluso qué cosas materiales necesitamos. Olvidando por completo, que internamente y de manera automática, nuestro cuerpo y nuestro cerebro, ya se está encargando de prepararnos para esta nueva aventura llamada maternidad. 

Para evitar esa sensación de extrañeza, soledad e incomprensión que podemos sentir en el posparto, tener un grupo de madres donde poder compartir todo lo que nos pasa durante esta etapa puede ser de gran ayuda y sostén. Todo esto y mucho más es lo que acompaño en el grupo de posparto. No tienes por qué vivirlo sola.

Un abrazo.

¿Cómo Sé Si Tengo Depresión Posparto?

¿Cómo Sé Si Tengo Depresión Posparto?

Para empezar, me gustaría que tuvieras en cuenta un dato muy importante. Y es que 1 de cada 10 mujeres sufre de depresión posparto a nivel mundial. Sí, lo has leído bien. Es una cifra que debemos tenerla muy en cuenta.

Dicho esto, déjame que te explique qué es la depresión posparto. Se trata de un episodio depresivo que se puede iniciar antes o durante el embarazo y también en el posparto más inmediato que no debemos confundir con el “baby blues” o tristeza posparto (trataremos esta cuestión un poco más adelante). Los síntomas más característicos de la depresión posparto son los siguientes:

  • Estado de ánimo deprimido gran parte del día.
  • Sentimiento de extrema tristeza.
  • Ansiedad.
  • Cansancio.
  • Alteraciones en el sueño.
  • Llanto excesivo.
  • Sentimiento de desesperanza.
  • Apatía y anhedonia.
  • Culpa e irritabilidad.

Todos estos síntomas están relacionados con el cuidado del bebé y del rol como madre. En ocasiones éstos pueden ser tan incapacitantes que incluso se desatienden las necesidades del bebé. En casos más severos habrá también pensamientos suicidas que deben ser explorados y atendidos con urgencia. 

Respecto a los factores que causan la depresión posparto hay 3 que lo originan:

  • Los factores biológicos: por ejemplo, si has padecido depresión en otro momento de tu vida, si hay antecedentes familiares de depresión o si has sufrido depresión durante tu embarazo, es más probable que puedas desarrollar una depresión en el posparto. Sin olvidar que los cambios hormonales que suceden en el posparto también juegan un papel relevante a la hora de poder desarrollar una depresión en el posparto.
  • Factores psicológicos: un tipo de personalidad más perfeccionista, tener una tendencia a la preocupación excesiva, tener altas expectativas así como que el embarazo no haya sido buscado, pueden ser factores predisponentes de la depresión posparto.
  • Factores sociales: problemas familiares, una mala relación de pareja, sucesos estresantes, un escaso apoyo percibido por parte de la pareja y haber sufrido violencia de género son factores sociales que contribuyen a la aparición de la depresión posparto.

En cuanto al desarrollo de la depresión posparto es importante diferenciarlo del antes mencionado “baby blues”. El “baby blues” es una condición bastante frecuente ya que alrededor del 85% de las mujeres en posparto lo experimenta. No debemos normalizarlo, puesto que el malestar que genera también es relevante. Además, los síntomas son parecidos a los de la depresión posparto pero son menos intensos y duraderos ya que suelen darse durante las dos primeras semanas tras el parto. Si a partir de esas dos semanas percibes, sientes y tienes la sensación de que tu malestar continúa, esto sería motivo suficiente para consultarlo con una psicóloga perinatal. Tener ese sentimiento de desgana, tristeza profunda, llanto que no cesa, incluso que haya pensamientos suicidas no es normal y por sí sólo no remite con el tiempo.

Por lo tanto, si lo que has leído hasta aquí resuena contigo y te sientes identificada, lo mejor que puedes hacer por ti y por tu bebé es recurrir a una profesional. Para esto y mucho más, estamos las psicólogas perinatales. No tienes por qué continuar con ese sufrimiento y mucho menos, sola.

Un abrazo.

¿Es Normal Sentir Ansiedad Durante el Embarazo?

¿Es Normal Sentir Ansiedad Durante el Embarazo?

Si estás embarazada, puede que en algún momento te hayas sentido ansiosa, especialmente si es tu primer bebé. Es una emoción bastante común que puede afectar a la salud mental y física de la madre así como en el desarrollo del bebé pero que, afortunadamente, podemos tratar.

La incertidumbre y el miedo a lo desconocido son sentimientos comunes durante el embarazo. Puede que te sientas preocupada por el parto, la salud del bebé o tu nuevo rol como madre. La idea de traer una criatura al mundo y convertirte en madre puede ser abrumadora y desafiante, especialmente si es la primera vez que vives esta experiencia.

Además, nuestra sociedad tiende a idealizar la figura de la madre, lo que puede generar presión y estrés en las mujeres embarazadas. La imagen de la madre perfecta puede crear expectativas irreales en las mujeres, dando lugar a sentimientos de insuficiencia y un alto nivel de autoexigencia. Unido a ello, a menudo se desestima la importancia de la salud mental materna, centrándose más en la salud física del bebé. Esto conlleva a que las mujeres se sientan avergonzadas o inseguras por compartir sus miedos o preocupaciones, lo que puede aumentar la ansiedad y el estrés. 

Durante el embarazo también se dan ciertos cambios hormonales, la producción de hormonas como la progesterona y el estrógeno aumenta durante el embarazo, lo que puede afectar en tu estado de ánimo. Los cambios corporales, como el aumento de peso, la hinchazón y la fatiga, pueden contribuir a un aumento de la ansiedad. Sin embargo, estos cambios son normales y es común que sientas cierto grado ansiedad en respuesta a ellos. 

Otros factores de riesgo que pueden influir en la ansiedad son antecedentes de ansiedad o depresión, eventos estresantes recientes en la vida y factores psicológicos y de personalidad que pueden aumentar el riesgo de ansiedad. Por ejemplo, si una mujer ha experimentado ansiedad o depresión en el pasado, es más probable que experimente ansiedad durante el embarazo. De manera similar, si ha habido eventos estresantes importantes en la vida de una mujer, como la pérdida de un ser querido o problemas en su relación de pareja, esto puede aumentar el riesgo de padecer ansiedad. Factores psicológicos y de personalidad que también pueden aumentar el riesgo de ansiedad durante el embarazo incluyen tener una baja autoestima, una actitud negativa hacia la vida, una falta de habilidades para manejar el estrés y la ansiedad, y tener altas expectativas de sí misma en el papel de la maternidad. Si bien estos factores no garantizan que una mujer experimente ansiedad durante el embarazo, pueden aumentar la probabilidad, por lo que es importante identificar estos factores de riesgo para poder abordarlos y prevenir la ansiedad durante el embarazo y posparto.

Es importante entender que cada mujer es diferente y que no hay una sola forma correcta de ser madre. Es crucial abordar estas expectativas para permitir que te sientas libre para compartir tus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgada. Al hacerlo, aumentará tu sensación de valía y te permitirá tener una experiencia de maternidad más positiva.

Ni nosotras, ni nadie, puede llegar a todo, y está bien así. Aceptarlo no es una derrota, si no un acto de humildad y de respeto hacia nosotras mismas en el que podemos apreciar todo aquello que sí realizamos.

Lo que no debes normalizar es sentirte ansiosa todos los días de manera sostenida en el tiempo, ya que en ese caso sería recomendable buscar ayuda profesional. Sobre todo si esa sensación de ansiedad va acompañada de síntomas como palpitaciones, respiración acelerada, una sensación de peligro o miedo a morirse. 

No tienes por qué vivir tu embarazo con sufrimiento. Las psicólogas perinatales también tratamos la ansiedad en el embarazo y te puedo acompañar en esto. No estás sola.

Aceptar la No-Maternidad

Aceptar la No-Maternidad

Por probabilidad, habrás podido comprobar por ti misma que alguna de tus amigas ha decidido no ser madre. Cada vez son más las mujeres que así lo deciden y entre los motivos que yo he podido escuchar se encuentran los siguientes:

  • Dificultad en encontrar a una pareja que tenga un objetivo vital similar.
  • Priorizar la carrera profesional.
  • No desear querer descendencia ante la visión de un mundo cruel y hostil.
  • Abandonar los tratamientos de reproducción asistida tras consistentes fracasos.

Para algunas mujeres, es una decisión por la cual no han sentido que han tenido que reflexionar mucho. Lo han visto como otro camino vital a seguir y no les ha supuesto un dilema.
Para otras, la decisión ha sido más difícil de tomar porque se ven dentro de una sociedad que no les ampara, ni económicamente ni socialmente, por lo que se ven obligadas a renunciar a la posibilidad de ser madres. Muchas son las que, debido a no encontrar a una pareja adecuada, han ido posponiendo la decisión de ser madre y al final, tras intentar formar una familia monomarental a través de la reproducción asistida, no lo han logrado.

La sociedad tampoco pone fácil tomar dicha decisión. Porque espera de las mujeres que, llegada cierta edad, sean madres, se dediquen al cuidado de las criaturas, renuncien a su vida y a lo que han conseguido. Y muchas mujeres no están dispuestas a aceptar ese rol impuesto. Pero que tiene consecuencias a nivel emocional. En ocasiones me encuentro con relatos de mujeres en los que me dicen haberse sentido juzgadas por no tener hijos. Y muchas veces se han topado con la insensibilidad o ignorancia de otras personas al preguntar: ¿los hijos para cuándo?- sin tener en consideración los diferentes y diversos motivos por los que se decide no tenerlos.

La no-maternidad no es “ir contra natura”, no es “arrepentirse después por no haberlos tenido” ni tampoco es “capricho por querer tener una vida más cómoda”, es tener derecho a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestras vidas.

Y también implica atravesar un duelo por aquello que se ha perdido. Porque toda elección supone una pérdida. Una pérdida que ha podido ser como consecuencia de una decisión tomada libremente. Pero también una pérdida no elegida.

Y éstas últimas son las que a veces me encuentro en consulta. Porque es inesperada, porque no encontramos explicación, porque nos resulta injusta. Y dolorosa. Dolor al tener que asumir que la vida nos ha puesto en jaque.

Rodearse de personas que comprendan y respeten nuestro malestar, nuestro dolor y nuestra pena es fundamental. Alguien que legitime lo que estamos sintiendo y que esté ahí a nuestro lado de forma incondicional.

La no-maternidad, elegida o forzada, también es acogida y abrazada en Mi Tribu Perinatal.