Las Navidades son una época del año que innevitablemente nos recuerda a los que no están con nosotros. Ese bebé tan deseado y buscado que no llega. Ese bebé que estuvo en mi vientre y no sobrevivió. Ese bebé que tuve y falleció cuando tenía unos meses. Mi hijo que murió cuando no le tocaba.

Las reuniones familiares, de compañeros de trabajo y amigos, las luces navideñas, los villancicos y el ambiente festivo nos traen a la cabeza a todas esas personas. Personas que para nosotros fueron y serán siempre importantes en nuestra vida. Es por ello que muchas personas puedan sentir tristeza y apatía cuando se supone que lo que debemos sentir es alegría y ganas de celebrar.

¿Y si dejaramos de autoexigirnos el estar «bien» cuando en realidad lo que queremos es conectar con lo que estamos sintiendo?

– Está bien si prefieres no ir a esa comida familiar y quedarte en casa.
– Está bien si quieres llorar la muerte de un hijo, amigo o familiar.
– Está bien si prefieres estar sola y no hablar con nadie.
– Está bien si piensas que no hay nada que celebrar.
– Está bien si quieres celebrar las fiestas teniendo presente a tu bebé estrella.
– Está bien que sientas tristeza cuando lo que toca es sentir felicidad.
– Está bien permitirnos sentir y transitar la pena de la manera que queramos.

Sea lo que sea, y sea como sea, estará bien.

Felices (o no) fiestas. Un abrazo.